Se dice que la tumba de Guillem de Orleans oculta más secretos de los que parece, incluso corre el rumor, de que este templario podría ser guardián del “Santo Grial” aún después de muerto...

No podríamos decir que este juego es un Escape Room propiamente dicho, ya que el objetivo no es escapar y todo se centra en una misma estancia. Sus creadores definen este tipo de juego como “Real Quest Game”, y este en concreto es el segundo de una serie de tres experiencias.

Nosotros era la primera vez que nos enfrentábamos a un juego de estas características y la verdad es que nos costó un poco adaptarnos, ya que no sabíamos muy bien con qué elementos de la estancia íbamos a tener que interactuar y de qué manera. Pero una vez entendimos la dinámica de juego, nos pareció una experiencia muy curiosa.

La ambientación está muy muy conseguida, nunca hemos estado en las dependencias de la tumba de un templario pero estamos seguros que no distará demasiado de lo que allí encontramos.

No es un juego para ir rápido, ya que cada cosa tiene su proceso y hay que entender muy bien la historia y como se va desarrollando cada parte del juego, aunque tampoco se os puede ir el “santo al cielo” porqué su dificultad es más bien tirando a alta, por lo que parece que el tiempo pase mucho más rápido de lo normal.

Pese a todas las dificultades que fuimos encontrando en el camino, conseguimos saber qué era lo que Guillem de Orleans custodiaba y nos llevamos de allí una curiosa experiencia que nos agradó bastante.